El niño empieza la vida en un estado desvalido. Los padres pueden ayudar u obstaculizar el desarrollo de un estilo de vida sano para compensar por este fundamental sentimiento de menos.
Pueden ayudar a prevenir la neurosis al proteger al niño de las tareas muy difíciles de cumplir
de manera exitosa y al asegurarse de que las tareas apropiadas estén disponibles. Los padres
cometen errores si tratan de hacer que sus niños sean siempre superiores a los demás, más símbolos del valor de los padres que del de los individuos por derecho propio.
La madre, en particular, influye en el desarrollo del sentimiento social, la actitud cooperativa
que distingue los estilos de vida sanos de los enfermos. El padre, tradicionalmente la autoridad
en la familia, enseña al niño sobre el poder y su expresión egoísta o socialmente responsable.
(Adler, como Freud, desarrolló su teoría en el contexto de la familia nuclear tradicional de dos
padres.) Sin embargo, la madre por lo regular pasa más tiempo con los niños y la investigación
sugiere que el comportamiento maternal está más estrechamente unido con el comportamiento
agresivo y problemático de los niños (Rothbaum y Weisz, 1994).
Dreikurs y Soltz (1964) han resumido los consejos de Adler para criar niños sanos
EL NIÑO CONSENTIDO
Algunos de los puntos más críticos de Adler fueron dirigidos hacia el consentir de los padres.
Los niños que son tratados con indulgencia en demasía llegan a esperar que los demás abastezcan sus necesidades. Son, en una palabra, niños malcriados. Por último, debido a que el mundo real es mucho menos indulgente de lo que ellos llegan a demandar, no serán amados. Adler
criticó la teoría freudiana como la construcción de un niño consentido. ¿Quién sino un niño malcriado, preguntó, propondría un complejo de Edipo universal en el cual el niño quisiera
una posesión total de la madre?
EL NIÑO DESCUIDADO
El descuido de los padres también contribuye a un desarrollo desadaptado. Los niños que han
sido descuidados, incluidos los huérfanos, los no deseados y los ilegítimos, probablemente
creerán que los demás no los apoyan. Las tareas de la vida parecen abrumadoramente difíciles.
Extrañamente, el descuido de los padres puede llevar a un niño a adoptar un estilo de vida
de niño consentido. Es el deseo de ser consentido, la meta ficticia de ser cuidado, en lugar del
hecho de ser consentido, lo que caracteriza el estilo de vida consentido. Por tanto, los niños
descuidados, como también los niños con quienes se ha sido sobreindulgente, pueden convertirse en sumamente dependientes de los demás por el reconocimiento y el nutrimiento
PROGRAMAS DE ENTRENAMIENTO PARA PADRES
Entrenar a los padres para que sean más efectivos puede prevenir y ayudar a solucionar problemas que podrían aparecer en la escuela y en otros lados. Un estudio informa, por ejemplo, que
agregar un componente de entrenamiento de padres al programa Head Start (Programa estadounidense para los niños con desventajas de edad preescolar)* trajo mejores resultados. Conforme los padres aprendieron a ser más positivos y menos críticos y castigadores, los niños se
volvieron más felices y se comportaron de una manera más cooperativa (Webster-Stratton,
1998). Se han desarrollado muchos programas de entrenamiento para padres basados en los
principios adlerianos (Dreikurs y Soltz, 1964; Dinkmeyer y McKay, 1976). Una gran meta de estos programas es enseñar a los padres a entender las razones del mal comportamiento de sus
niños de manera que puedan influir de una manera más efectiva. Dreikurs (1950) identificó
cuatro metas del comportamiento de los niños: “obtención de atención, lucha por el poder o
superioridad, deseo de venganza o quedar iguales, y mostrar una inadecuación o inhabilidad
asumida” (Dinkmeyer y Dinkmeyer, 1989, p. 28). Sobre todo, aunque no hayan sido evaluados
tan completamente como se pudiera esperar (Wiese y Kramer, 1988), la evidencia sugiere que
a los padres pueden enseñárseles formas más efectivas de ser padres con base en los conceptos adlerianos (Utay y Utay, 1996).
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